miércoles, 1 de julio de 2020

Por qué los hombres no concilian?


POR QUÉ LOS HOMBRES NO CONCILIAN?

Es un hecho que las mujeres siguen siendo las que en mayor medida se siguen haciendo cargo de la familia y las tareas de la casa. Eso cuando la conciliación femenina es posible que aún no lo es en todas las profesiones.

Esto tiene un hándicap añadido en su desarrollo profesional que, de alguna manera, queda siempre en segundo plano o conlleva un coste adicional muy elevado para poder continuar con una carrera adecuada a las expectativas de valía y talento de muchas mujeres.

Si queremos incidir en la filosofía  #heforshe, este punto es fundamental.

Está comprobado que incorporar medidas de conciliación en las empresas hace crecer un 37% la atracción y retención de talento, que una empresa cuida de  las necesidades personales de sus trabajadores aumenta un 19% su productividad y que cuando no sólo concilian las mujeres se impulsa un 48% más su carrera profesional.

Una reciente encuesta del Instituto Nacional de Estadística nos indica que un 46% de mujeres y un 52% de hombres no puede modificar su horario para conciliar, algo tan necesario para los padres y madres ante circunstancias como un niño enfermo, una tutoría o una función escolar, o para conseguir cuadrar la jornada con los horarios de entrada y salida del colegio de los niños.

Existe un notable desequilibrio entre madres y padres.

Si nos fijamos bien en los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) de 2018, el número de días de baja en el caso de las mujeres es infinitamente mayor que el de los hombres.

Tras el nacimiento o la adopción, las madres utilizaron un promedio de 162,7 días de baja para cuidar del bebé.

Mientras que los padres utilizaron 16,8 días (a pesar de que ya en 2018 podían disfrutar de 5 semanas por baja de paternidad).

Lo mismo pasa con las reducciones de jornada:

El 37,7% de las madres solicitaron una reducción de jornada o trabajar a tiempo parcial al reincorporarse a sus trabajos.

Tan solo un 4% de los padres solicitaron reducir su horario.

Las diferencias en materia de solicitudes de flexibilidad horaria y de cambios de turno también fueron importantes.

Muchos padres trabajadores son potenciales usuarios de las medidas de conciliación de la vida laboral y familiar existentes en sus organizaciones, pero no las solicitan.

Por la tanto la pregunta es: ¿Por qué los hombres no concilian?

Existe una investigación del observatorio social de La Caixa que intenta arrojar luz sobre este tema.

De acuerdo con esta investigación, los padres trabajadores que tienen la percepción de trabajar en una empresa que apoya la conciliación masculina experimentan una menor brecha entre el derecho teórico a utilizar estas medidas y la capacidad real para hacerlo, lo cual reduce la sensación de conflicto entre el trabajo y la familia, y aumenta la satisfacción con el trabajo.

Una de las barreras con que se encuentran es la falta de sensibilidad de las empresas en las que trabajan.

El entorno del trabajo, conformado por la cultura corporativa existente respecto de la conciliación masculina, es uno de los factores que pesa más a la hora de decidir hacer efectiva la conciliación según este estudio.

Los factores que favorecen que un padre trabajador se sienta con capacidad para utilizar las medidas de conciliación son de tres tipos: individuales, políticos y sociales, y los relacionados con el entorno laboral.




El camino para conseguir la igualdad pasa en cualquier caso por las medidas de las empresas para fomentar la conciliación igualitaria.

 Por ejemplo, facilitar y animar a los padres a utilizar los nuevos permisos de paternidad más largos, que se irán equiparando legalmente con los de maternidad.

Llevar a cabo  estrategias de ejemplaridad (role model) en las empresas promoviendo que los directivos varones también usen las medidas de conciliación.

Procurar que la cultura de la conciliación llegue a los mandos intermedios de las empresas.

Cuestionar la cultura corporativa tradicional que estigmatiza a quienes utilizan las medidas de conciliación.

No existen todavía suficientes  medidas específicas que pongan en marcha las empresas para potenciar la corresponsabilidad de los padres.

Los hombres sólo cogen  los permisos si son intransferibles y están remunerados.  No se suelen acoger al teletrabajo ni pedir excedencias.

Si el salario de las mujeres es menor, la pareja casi siempre decide que sea quien menos cobra quien se haga cargo de los cuidados. Y aquí entra de nuevo el factor de la desigualdad y la brecha salarial.

Si se equiparasen los permisos de paternidad y maternidad y se añadieran otros incentivos, como que padres y madres no perdieran poder adquisitivo durante los permisos, probablemente se reduciría esa brecha.

Se podrían mejorar por convenio los permisos y los tipos de permiso así como las condiciones de conciliación pero todavía estamos en pañales.

Se siguen suplementando los permisos de maternidad y colocando a las mujeres en una situación que las termina marginando de sus compañeros, al ser sólo ellas quienes encadenan ausencias, teletrabajo o reducciones de jornada.

Habría que ,de alguna manera , obligar a las empresas a que tomen medidas activas en conciliación.

Estas medidas pasarían por la sensibilización en el entorno laboral, incentivos económicos de irpf ( o algún otro tipo ) para empresas que las tomen, teletrabajo y flexibilidad horaria.

Las medidas más importantes pasarían por replantear las jornadas laborales actuales como la medida más urgente y necesaria para una mejor conciliación.

De todas formas, algunas cosas empiezan a cambiar desde el lado corporativo.

Banco de Santander lleva ya algún tiempo con el flexiworking.

Empresas como Repsol han puesto en marcha medidas como las horas de entrada y salida flexibles, disminución del tiempo de comida para poder adelantar la hora de salir o un cómputo de horas mensuales que permite a los trabajadores poder distribuir su propio tiempo de trabajo.

Lo mismo han puesto en marcha otros como Orange o Iberdrola, que permiten reducir las jornadas o flexibilizar el trabajo sin penalizar la nómina de los empleados.

Mutua Madrileña amplió el permiso de paternidad a siete semanas, frente a las cinco marcadas por la ley.

Otras empresas, como Heineken-Cruzcampo, han observado cómo, al ampliar los permisos, también aumenta el porcentaje de hombres que se acogen a él.

Así, del 73% de hombres que pidieron el permiso de paternidad en 2017, han pasado a un 80% en 2018.

Estas medidas, además de cerrar una brecha de género, fidelizan a los trabajadores y aumentan la productividad.

De las dificultades y singularidades que hemos atravesado y estamos atravesando en estos tiempos del cólera,que diría García Márquez, esperemos obtener algunas medidas positivas en este ámbito.

El teletrabajo y la flexibilidad han sido una realidad impuesta por las excepcionales circunstancias de la COVID19, pero han demostrado que en muchos casos se puede trabajar con la misma eficacia y eficiencia que en el lugar de trabajo y que somos responsables para llevarlo a cabo.

Os dejo una reseña de un libre que recoge testimonios particulares de padres que concilian. Muy interesante.





“Conciliar es aspirar a ser personas completas, felices en cada uno de los papeles que desempeñamos. No es algo reservado a las madres, ni a las mujeres, tampoco a los padres o los hombres. Es una necesidad de toda persona, pero cada uno, por su edad, género, estado civil o profesión…lo tiene más o menos fácil. Jornadas interminables, permisos de paternidad efímeros, dificultades a la hora de compartir la baja o pedir reducción de jornada, moobing y hasta despidos. Gobiernos y empresas nos lo ponen difícil para conciliar.”

Reseñas:

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